
El fallido intento del presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, por imponer la ley marcial sigue generando repercusiones tanto a nivel nacional como internacional. Esta decisión, tomada bajo el pretexto de salvaguardar la estabilidad nacional, derivó en una crisis política, social y económica que pone en jaque su gobierno. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber sobre este controvertido episodio.
El inicio de la polémica
El pasado 3 de diciembre, Yoon Suk-yeol anunció la ley marcial con el argumento de proteger el orden constitucional frente a supuestas “fuerzas pro-Corea del Norte” y bloqueos legislativos liderados por la oposición. Esta medida radical buscaba consolidar su autoridad en un contexto de creciente polarización política y un Parlamento que dificultaba la aprobación de su agenda.

Impacto inmediato: del rechazo ciudadano al colapso económico
La respuesta fue contundente. Miles de manifestantes salieron a las calles exigiendo la renuncia del presidente, mientras que la Asamblea Nacional derogó la medida por unanimidad en menos de 48 horas. En el plano económico, el won cayó un 2% frente al dólar, y el índice bursátil KOSPI experimentó su peor caída en más de un año. Además, la renuncia del Ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, agudizó aún más la crisis gubernamental.
Reacciones internacionales: preocupación global por Corea del Sur
Organismos internacionales como la ONU expresaron su “gran preocupación” e instaron al gobierno surcoreano a resolver sus diferencias dentro del marco del Estado de derecho. Rusia, por su parte, mostró inquietud por una posible desestabilización en la península coreana, dada su importancia estratégica y geopolítica.
La situación actual y los retos de Yoon Suk-yeol
Tras levantar la ley marcial, Yoon Suk-yeol compareció públicamente para justificar su decisión, pero ahora enfrenta una moción de destitución promovida por la oposición. Mientras tanto, sus principales asesores intentan restaurar la estabilidad política y económica del país. Sin embargo, la confianza pública en su liderazgo ha sufrido un golpe significativo.
Este episodio evidencia los riesgos de tomar medidas extremas en un ambiente de alta polarización política. También subraya cómo decisiones impulsivas pueden desestabilizar no solo a un gobierno, sino también la economía y la percepción internacional de un país.