PIEDRAS NEGRAS, Coahuila – La Jurisdicción Sanitaria Número 1 confirma tres casos de dengue en lo que va del año 2025, alertando sobre la persistencia de esta enfermedad viral que afecta a la región. A pesar de las intensas campañas de prevención y las medidas implementadas el año pasado, el regreso del dengue pone en evidencia que el control de esta enfermedad sigue siendo un reto para las autoridades sanitarias y la comunidad.

Según Fernanda Abril Hernández Medina, epidemióloga de la Jurisdicción Sanitaria Uno, los casos del año pasado (2024) fueron alarmantes por su extensión geográfica. “El dengue no solo afectó a los estados del sur, como ocurría en años anteriores, sino que ahora se presentó con fuerza en el norte y centro del país, incluyendo Coahuila. Los serotipos que antes solo veíamos en el sur, llegaron hasta el norte”, comenta. La propagación acelerada del virus, sumada a los serotipos que se expandieron por diferentes regiones, resultó en un incremento sustancial en los casos y las defunciones.
Paludismo: La Sombra de los Migrantes
Además del dengue, el paludismo se manifestó en la región el año pasado, con varios casos detectados en Piedras Negras, Monclova y Torreón. Estos casos están relacionados con el movimiento migrante proveniente de áreas endémicas, donde la enfermedad es más común. A través de un análisis, la epidemióloga explicó cómo los mosquitos del tipo Anófeles, que transmiten la malaria, encontró un terreno fértil en la región debido a la movilidad de personas infectadas que pasan por estas ciudades. “El migrante entra en el país y, si se encuentra infectado, el mosquito local lo pica, lo que provoca la transmisión de la enfermedad”, explica Hernández Medina.
Frente a este panorama, las autoridades locales redoblan esfuerzos para frenar la propagación de ambos males. Brigadas de fumigación y descacharrización están activadas en diversas colonias de Piedras Negras, como Villa Fontana y Año 2000, que registran la mayor presencia de mosquitos. A través de la fumigación estratégica, las autoridades buscan reducir la cantidad de mosquitos adultos voladores y, con ello, minimizar el riesgo de contagio.
Además, se están llevando a cabo monitoreos continuos en áreas con alta incidencia de casos. Las medidas preventivas incluyen rociado de viviendas y monitoreo de criaderos de mosquitos. Sin embargo, los especialistas aseguran que la colaboración de la población es clave para mitigar estos brotes. “Es fundamental que cada persona sea responsable de eliminar objetos en sus hogares que puedan acumular agua, pues estos se convierten en criaderos de mosquitos”, señala Hernández Medina.

📌 Factores que contribuyeron al aumento de casos en 2024:
✔️ Cambio climático: el calor prolongado y la humedad favorecieron la reproducción del mosquito Aedes aegypti.
✔️ Migración: el tránsito de personas desde regiones con alta incidencia de dengue permitió la propagación del virus.
✔️ Condiciones urbanas: la acumulación de cacharros y agua estancada en casas y patios fomentó la proliferación del mosquito.
Afrontando la Resistencia del Mosquito
Otro desafío emergente es la resistencia de los mosquitos a los tratamientos tradicionales. Con el descenso de temperaturas, el comportamiento del insecto cambia, lo que dificulta la erradicación total de los vectores. El mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, y el Anófeles, responsable del paludismo, muestra una capacidad de adaptación a los métodos de control. La epidemióloga apunta a que, a pesar del frío, aún se registran mosquitos positivos, lo que evidencia que las acciones deben seguir siendo más agresivas.
En este contexto, las autoridades sanitarias subrayan la importancia de la educación comunitaria. La concientización sobre el manejo adecuado de residuos, la eliminación de criaderos y la consulta temprana ante cualquier síntoma de fiebre o malestar son factores determinantes para reducir el impacto de estas enfermedades.
Mientras tanto, los casos siguen siendo monitoreados y se espera que las temperaturas más frías puedan contribuir a la disminución de los mosquitos. Sin embargo, el dengue y el paludismo no son enemigos que desaparecen con facilidad, por lo que las autoridades y la población deberán mantenerse alerta.
¿Qué Podemos Hacer?
1. Eliminar objetos que acumulen agua en patios y casas.
2. Acudir a las unidades de salud ante cualquier síntoma de fiebre, dolor de cabeza, o malestar general.
3. Colaborar con las brigadas de fumigación y reportar criaderos en la comunidad.
4. Educar sobre la prevención del dengue y el paludismo, comprendiendo que es una responsabilidad compartida.
El 2025 comienza con nuevos retos en la lucha contra el dengue y el paludismo, pero también con la oportunidad de fortalecer las estrategias de prevención. La colaboración entre autoridades y ciudadanos es más crucial que nunca para enfrentar estas enfermedades, que siguen siendo una amenaza constante para la salud pública.