Saltillo, Coahuila –El gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas, y el general Alberto Ibarra Flores acordaron “intervención total” de fuerzas federales, estatales y militares en Torreón y la región Laguna. No es un simple refuerzo de patrullaje: es el reconocimiento de que, pese a avances, persisten desafíos que amenazan la confianza ciudadana y la gobernabilidad local. El mensaje clave no es solo “cerraremos filas”, sino también revertir la creciente percepción de inseguridad que puede minar la economía regional y el ánimo social.
Desde la reunión de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad, en la que participó también el general Alberto Ibarra Flores, comandante de la XI Región Militar, el mensaje fue claro: “Esto se acaba hoy”. La prioridad es devolver la certeza a los ciudadanos, a los organismos empresariales y a la sociedad civil que han manifestado su preocupación ante los recientes episodios de inseguridad en la región.
Coahuila, entre los más seguros del país, pero con alertas encendidas
Coahuila ha sido uno de los estados mejor evaluados en materia de seguridad en los últimos años. Según datos recientes de INEGI, la entidad se ubica como el tercer estado más seguro del país, con apenas un 37.6% de percepción de inseguridad, muy por debajo del promedio nacional que supera el 70%. Saltillo y Piedras Negras figuran incluso entre las cinco ciudades con mayor sensación de seguridad de todo México.
Sin embargo, La Laguna, particularmente Torreón, ha comenzado a mostrar señales preocupantes. Aunque los homicidios dolosos se han reducido en más de un 90% desde el pico de violencia de hace una década, en los últimos meses la percepción de inseguridad ha aumentado significativamente, pasando del 37% a casi el 45%.
Este desfase entre la baja en delitos y el aumento en la desconfianza ciudadana es uno de los principales retos que enfrenta el gobierno estatal.
Policía municipal en la mira
Uno de los focos de atención está en el desempeño de la policía municipal de Torreón. En su discurso, Manolo Jiménez reconoció que existen inquietudes sobre algunos elementos de seguridad locales, por lo que garantizó un proceso de fortalecimiento institucional. La intervención contempla no solo el aumento de la presencia militar, sino también una revisión a fondo de las corporaciones locales, con miras a su depuración y capacitación.
“Queremos que quede claro: vamos a fortalecer a las instituciones para que entre todos cuidemos la seguridad de Torreón, de La Laguna y de todo Coahuila”, afirmó el gobernador.
¿Qué implica la intervención total?
La acción conjunta del Gobierno Estatal, el Federal y las Fuerzas Armadas contempla:
- Refuerzo inmediato de patrullajes militares y de la Guardia Nacional.
- Revisión de elementos policiales municipales mediante filtros de control de confianza.
- Coordinación operativa entre niveles de gobierno para atender focos rojos.
- Evaluación periódica de resultados en mesas de seguridad abiertas a la sociedad civil.
- Inversión en programas de prevención social y reconstrucción del tejido comunitario.
El alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda González, manifestó su total disposición para colaborar en esta estrategia, subrayando que se tomarán decisiones “puntuales y contundentes”.
Un paso necesario para blindar el futuro de La Laguna
La historia de Torreón como uno de los epicentros de violencia en el norte del país hace una década sigue siendo una herida abierta. Aunque los datos actuales muestran avances innegables, el temor de un retroceso latente exige respuestas rápidas, firmes y bien coordinadas.
La apuesta de Manolo Jiménez es cerrar filas hoy para evitar mayores crisis mañana. Pero para que esta intervención sea realmente transformadora, no bastará con presencia militar: se requerirá reconstruir la confianza ciudadana, fortalecer a las policías locales y apostar por una seguridad que no solo se mida en cifras, sino también en la tranquilidad real que los laguneros sienten al salir a las calles.