El 27 de enero de 2025, Canadá reafirmó su postura frente a las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles del 25% a las importaciones canadienses. En respuesta, el gobierno canadiense ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos y comerciales, anunciando que iniciará conversaciones con aliados internacionales, incluyendo Reino Unido, México y varios países de la Unión Europea, para frenar las medidas unilaterales de Estados Unidos.
La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, expresó que su país está dispuesto a hacer todo lo necesario para proteger su economía. “No vamos a dejar que estos aranceles afecten a nuestra gente”, afirmó Joly. Como parte de su estrategia, Canadá buscará fortalecer sus relaciones con aliados globales y discutir posibles represalias económicas, como imponer aranceles similares a productos estadounidenses.
Por su parte, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, también se ha mostrado firme frente a las amenazas de Trump. En declaraciones previas, Ford había advertido que la provincia de Ontario podría cortar el suministro de electricidad a varios estados de EE.UU. como medida de represalia. Ontario, que exporta aproximadamente el 49% de su energía a estados como Michigan, Nueva York y Minnesota, está evaluando esta opción como respuesta a la posible imposición de aranceles.
Ford también ha mencionado que Ontario está considerando otras medidas, como la exclusión de empresas estadounidenses de las contrataciones gubernamentales y la imposición de aranceles a productos específicos provenientes de Estados Unidos. Estas acciones serían tomadas solo como último recurso, según indicó Ford, quien también destacó que su provincia está preparada para proteger sus intereses económicos de manera firme.
A nivel nacional, el gobierno de Justin Trudeau ha reiterado que las medidas de Trump representan un desafío significativo para la economía canadiense. Trudeau señaló que Canadá tomará “todas las medidas necesarias” para proteger a sus trabajadores y sus empresas. Al mismo tiempo, ha instado a las autoridades estadounidenses a reconsiderar sus decisiones, argumentando que un conflicto comercial no beneficia a ninguna de las partes.
El gobierno canadiense está buscando una solución diplomática para evitar que las relaciones comerciales entre ambos países se deterioren aún más. Sin embargo, si Estados Unidos continúa con la imposición de aranceles, Canadá está preparado para responder con una variedad de medidas económicas que podrían incluir la imposición de tarifas en productos estadounidenses clave.
Este conflicto resalta la creciente tensión comercial entre Canadá y Estados Unidos, donde la interdependencia económica se ve amenazada por políticas unilaterales. A medida que la fecha límite para los aranceles se acerca, el futuro de las relaciones comerciales entre ambos países pende de un hilo, mientras ambos gobiernos evalúan sus opciones.